Nuestra Iglésia

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IGLESIA PARROQUIAL DE SAN NICOLÁS

 

 

Introducción

Como ya se ha dicho anteriormente, la necesidad de la construcción de este templo queda bien patente si se tiene en cuenta que desde que terminó la guerra civil española, en que fue destruida la antigua iglesia, la Santa Misa y demás cultos se celebraban en unos de los pabellones del puerto dedicado a lonja de pescado. Ya se comprende que con el tipo de instalaciones provisionales, obligado por la necesidad de utilizar entre semana el pabellón antes mencionado para el uso a que estaba destinado, las condiciones de temperatura, aislamiento, recogimiento y, en fin, de mínimo confort necesario en un recinto que tiene que llenar tan altos fines espirituales, estaban muy por debajo del mínimo admisible.

Por otro lado, el creciente aumento de la colonia veraniega vino a incrementar los problemas antes citados con el de la necesidad de un recinto de suficiente capacidad, sobre todo en la época de verano.

Por estos motivos que hemos citado parece plenamente justificada la ejecución de las obras de este proyecto con el fin de que quedasen resueltos durante un plazo suficientemente largo los innumerables problemas que crea la falta de este Centro parroquial en una comunidad de vecinos como esta del Grau Gandía.

Emplazamiento

El solar destinado para la construcción del nuevo templo está situado en un saliente de tierra, frente al puerto, con forma sensiblemente triangular y que queda limitado por su lado oeste por la carretera, quedando los otros dos lados en forma de cuña o espolón que penetra en el mar.

La superficie del solar es bastante horizontal; pero por encontrarse en una costa por debajo del nivel de la carretera, se proyecta el terraplenado de toda la zona que rodea el nuevo templo con el fin de que el nivel de la nave principal y accesos se encuentre por encima del de la carretera, para que quede con la debida altura en relación con la nobleza y fin a que está destinada la construcción.

Desde un punto de vista artístico, su emplazamiento es excelente, pues queda el templo exento y sin servidumbre alguna respecto de edificios colindantes.

Las dimensiones, en números redondos, del solar y de la superficie cubierta son 2.500 metros cuadrados.

Esquema de volúmenes

La edificación se ha proyectado con una altura en consonancia con la superficie de la nave principal, preocupándose de que en todo momento y desde cualquier ángulo destaque esta nave como elemento básico de la composición. Para contrastar y valorizar este volumen se proyecta el claustro de desarrollo horizontal.

Composición

En la composición del alzado principal se ha forzado la sencillez de líneas, proyectándose el paramento de ladrillo en forma que sea masa o basamento sobre el que se yergue la gran Cruz, símbolo de nuestra religión, elemento fundamental de la composición, y la estatua de la imagen de San Nicolás, que, exenta sobre dicho paramento, centra en su figura la composición del alzado. Muro de ladrillo, material sencillo y artesano sobre el que destaca el símbolo de nuestra redención. Completan el alzado el muro de piedra del baptisterio que, ocultando la entrada principal, forma un macizo que contrasta con el porche del claustro que, enlazado a éste, da solución de continuidad, formando una línea horizontal, transparente y ligera. Como complemento y parte integrante de esta composición aparece el campanario, elemento vertical y proyectado en forma de doble tornavoz que orienta su llamada hacia el pueblo.

Al alzado posterior se le ha dado una excepcional importancia por quedar situado cara al mar, y por tanto frente al puerto y a las barcas de pesca y mercancías que vienen al mismo. Por ese motivo se ha proyectado en forma de marco que encuadre la imagen de la Virgen del Carmen, patrona de los navegantes, pensando que de día y de noche, cuando arriben a puerto las embarcaciones, lo primero que vean sean la imagen. Para forzar esta proyección de custodia y protección sobre el mar, se ha estudiado una adecuada iluminación que mantenga la imagen brillante y destacada sobre el marco que la encuadra.

En los alzados laterales se ha forzado el contraste entre una y otra, apareciendo el alzado norte como un paño macizo de ladrillo que queda cortado por el claustro con el fin de que éste aparezca como más sencillo y ligero.

En el alzado sur, la estructura pasa a ser elemento principal de la composición, destacándose las vigas en Z que en suficiente número forman un repetido ritmo de luces y sombras que puede recordar el estilizado contrafuerte de nuestros tradicionales templos. Estos contrafuertes se apoyan en un basamento corrido formado por las capillas laterales, muro blanco en el que se alojan pequeños huecos de cristales de colores. Como enlace de los elementos estructurales con el alzado principal, vuelve el paramento de ladrillos, formando un macizo que compense y valorice el conjunto.

Distribución

A través del porche que corre ante el alzado principal y a su derecha, están situadas las puertas de acceso a un vestíbulo, cortavientos, desde el que se pasa a la nave de la iglesia. En los dos juegos de puertas del vestíbulo se ha marcado de un modo claro la doble circulación de entrada y salida. Enlazado con este vestíbulo, pero separado por una cancela que impide el libre paso, se sitúa el baptisterio, de modo que su recinto quede fuera de la nave principal. El frente superior de su alzado sur se encierra con una vidriera que ilumina al mismo tiempo el vestíbulo de acceso al templo. La nave se ha trazado en planta en forma trapezoidal, con el deseo de forzar la perspectiva en fuga de líneas que convergen en el presbiterio. A la derecha aparecen cinco capillas laterales y una de mayor tamaño para albergar el Paso de “El Descendimiento”.

La iluminación de estas capillas es indirecta, apareciendo en su frente sur una serie de huecos de cristales de colores como expresión y símbolo de la tradicional y representativa vidriera religiosa. La separación de estas capillas se efectúa de un modo parcial, con unos muretes de piedra. Esta solución permite que la visibilidad del altar sea completa, pudiendo seguirse la Santa Misa desde dentro de las capillas, lo que en caso de necesidad aumenta grandemente la superficie útil del templo.

A la izquierda y cubriendo casi toda la zona baja de este frente norte, aparece un hueco corrido, cerrando con puertas correderas transparentes, que incorpora el claustro, tranquilo y silencioso, a la nave. Esta solución, que estéticamente puede ser de una gran belleza, se ha estudiado, principalmente, desde un punto de vista funcional, con el fin de conseguir que en el verano, época en la que el incremento de la población tiene una gran importancia, al abrir las puertas correderas, la nave y el claustro queden totalmente enlazados, aumentando casi al doble la cantidad de la zona desde donde se puede seguir correctamente la Santa Misa.

Con esta solución el templo parroquial puede cumplir perfectamente su misión, resolviendo así, de un modo sencillo y eficaz, el programa de necesidades, de superficie que aparece tan dispar en función de la época del año. Con el fin de mantener el necesario recogimiento, la línea exterior del claustro se cierra con un muro alto, quedando solo abierta la cara que da al mar. Para facilitar la salida de la nave durante el invierno, en que permanecerán las puertas correderas cerradas, se ha dejado una zona fija con puerta practicable de dos hojas, que permita la salida de una parte de asistentes a través del claustro.

La iluminación principal de la nave se efectúa por un ventanal corrido orientado al norte y que marca la independencia existente entre los dos paños de estructura que cierran la nave. Esta iluminación fuerza el contraste que se ha buscado entre los dos parámetros opuestos de la nave dejando el paño frente al ventanal, que se ha tratado de forma exageradamente lisa y sencilla, con iluminación directa que, resbalando por el techo inclinado, cae sobre el dicho muro lateral, en marcada oposición con el otro lateral, que queda en sombra, desdibujando la dureza de las vigas contrafuertes que aquí aparecen al interior marcando su acusada forma a lo largo de todo este paño.

En el frente de la nave y encuadrado en una embocadura asimétrica, aparece el presbiterio, sobre el que se alza el altar, extenso, coronado por una gran cruz. Se ha forzado la sencillez de la composición haciendo que destaquen sus únicos elementos con el valor y la fuerza que por sí mismo tienen. Se ilumina este frente del altar con un ventanal lateral oculto, que cerrado con vidrios de colores acentúa la composición asimétrica con que está concebido el proyecto. Al Iado izquierdo de la embocadura se sitúa el ambón, con tornavoz, formado por un murete de piedra.

En el acceso principal, y sobre el fondo de la nave, se emplaza el coro, con escalera de subida desde este fondo de nave. Desde esta planta de coro se puede subir fácilmente a la cubierta.

Estructura

La estructura está formada por una doble fila de contrafuertes en Z, que en el parámetro norte aparecen al interior de la nave y en el sur salen al exterior y que son los elementos rigirizadores de unas vigas-muro pretensazas, que se apoyan en los piñónes de fachada principal y fondo de altar, dejando por su base y parte alta toda la luz libre. Independientemente de su solución original y de altos valores estéticos, se llegó a esta forma en el deseo de que la cobertura de la nave, esto es, los parámetros que cierran y delimitan el templo, aparezcan aéreos y ligeros como si el material utilizado, pesado y recio, se transformase en función del alto destino para el que había sido elegido, adquiriendo valores de ingravidez y ligereza.

En este camino surge la estructura que envuelve a la nave, sin apoyo aparente, rotos sus enlaces con la tierra y abierta en su altura, como cumpliendo su deseo de entrega a su misión.

El resto de la estructura son elementos sencillos que se han tratado con un marcado carácter de austeridad.

Materiales

Los materiales principales que emplean son el ladrillo a cara vista, la cantería en muretes y zócalos, enfoscados rugosos y encalados y revestimientos de mosaicos y madera.

En salados de baldosa prefabricada de terrazo, enlosado y peldañeados de piedra, loseta de alfarería en el claustro y baldosa hidráulica normal.

En techos y algunos paños verticales, se combina la loseta de corcho aglomerado y el revestimiento absorbente, con el fin de acondicionar debidamente la nave.

Conclusión

La iglesia parroquial se proyecta con una capacidad de unas 1.500 personas de las que 400 pueden permanecer sentadas. Esta superficie útil es la comprendida dentro de la nave, sin contar la ampliación que supone la zona del claustro que como antes se explicaba puede incorporarse a esta superficie útil.

La decoración interior se trata de forma sencilla, procurando contrastar los paños lisos y neutros con las zonas de mosaico de mayor importancia decorativa. En este caso, el mosaico se ha cuidado de un modo especial, situándose en la embocadura del altar mayor y en el muro de fondo del mismo, en el deseo de destacar, por su mayor riqueza dentro del templo, el recinto donde se celebra el sacrificio de la Misa, como sagrario simbólico de la composición interior.

No quiero terminar esta memoria sin expresar mi agradecimiento a todos los que de un modo u otro han colaborado y contribuido a llevar a un buen puerto esta obra, y de un modo especial quiero destacar la colaboración prestada por el ingeniero señor Nadal; por el aparejador señor Bouso, tanto en la redacción del proyecto como en la dirección de la obra; del aparejador señor Romaguera; la de la empresa SICOP, que ha sabido vencer las enormes dificultades que presentaba la realización de una estructura de condiciones tan especiales; la de Ricardo y Carlos Barredo que han dirigido perso¬nalmente los trabajos de pretensazo; la de la empresa SIP, que ha realizado la cimentación con pilotes in situ ; la de los señores Cillero y Nasio, que con tanto entusiasmo y acierto han proyectado y realizado los mosaicos del presbiterio, y, en fin, la de todos, grandes y pequeños, que han colaborado en la realización de esta obra y quiero hacer mención aparte, aun a riesgo de enfados por su natural modestia, de mi respeto y admiración por la fecunda y no siempre grata labor que ha sabido desarrollar el Reverendo Padre D. Juan Miñana Pavía, promotor y motor verdadero de esta empresa.

Arquitecto: Gonzalo Echegaray

Ingenieros: Eduardo Torroba y Jaime Nadal

Aparejadores: Manuel Bouso y Luis Romaguera

Articulo escrito por el arquitecto D. G. Echegaray Comba, en la memoria histórico descriptiva de la construcción del templo de San Nicolás del Grau.

Junio de 1962